Perras en gestación y parto.

Diagnóstico

Se anotará la fecha o las fechas de la cópula. Mantener a la perra con el régimen alimentario habitual, sin incrementos innecesarios. Entre los 25 y 30 días se hará palpar el abdomen por manos expertas o una ecografía. Los análisis posibles pueden dar resultados falsos ante una pseudogestación.

«El lugar donde se intentará que se produzca el parto debe acondicionarse con anticipación, para incentivar la confianza.»

Si la perra es cooperativa y no excesivamente gorda, pueden palparse engrosamientos uterinos, correspondientes a cada embrión en desarrollo.

Por lo tanto, no sólo se confirma el diagnóstico esperado sino que en ciertos pacientes pueden contarse cuántos cachorros hay. Esto es más sencillo en perras de pequeño tamaño.

Algunas veces se indican análisis para evaluar el estado de salud.

Se sugieren dietas o se realizan modificaciones de las habituales, incorporando minerales y vitaminas, si se considera apropiado.

Aproximadamente quince días después vuelve a evaluarse el progreso de la gestación y la salud del animal. La presencia de anemia o afecciones renales pueden detectarse. Es de importancia suministrar todo el líquido que la perra desee beber, para conocer el volumen total diario, y mencionarlo al profesional actuante.

Perras en gestación y parto

Preparando el lugar del parto

El lugar donde se intentará que se produzca el parto debe acondicionarse con anticipación, para incentivar la confianza. Como reglas generales tiene que ser tranquilo, lavable y con un reborde de aproximadamente 15 a 20 cm. de altura para evitar la fuga de los cachorros. El piso no debe ser áspero porque se lastiman las patitas y es conveniente cubrirlo con varias capas de papel de diario. No debe construirse muy grande. Es preferible que la carnada permanezca en contacto entre sí y con su madre. Evitar corrientes de aire. Proveer un medio para calefaccionarlo y un termómetro de pared. Este último casi a la altura del piso, para medir la temperatura real a la que se encuentran los cachorros. Si se dispone de una cucha se calefaccionará simplemente con la temperatura corporal, como un iglú.

Antes de la fecha de parto, calculando 60 a 63 días de gestación, se efectúa el último control y una radiografía de abdomen. Con ésta última se trata de contar el número de cachorros, dato muy importante para saber en qué momento finalizó el parto. Es totalmente inocua para la madre y su prole. Además si se confirma una gestación única, es conveniente inducir el parto, ya que a veces no se produce espontáneamente.

«Prever, especialmente cuando concluyó el parto, que aún animales muy dóciles pueden mostrarse irritables e incluso agresivos

Los propietarios deben tomar la temperatura rectal dos veces por día. El termómetro debe apoyar contra la pared del recto, y esperar 3 a 5 minutos. La temperatura durante la gestación oscila entre los 38 – 38,5°C. Es frecuente que se produzca un descenso de 1 – 1,5°C pocas horas antes del parto. Durante éste, asciende a 39°C.

Otro dato que indica inminente desenlace es que la perra rompa papeles o trapos del nido y trate de cavar el piso. Sin embargo esta actitud puede presentarse a veces desde varios días antes.

El día del parto

En el día del parto habitualmente no quiere alimentarse, aunque sí bebe con frecuencia. Las hembras multíparas cambian de sitio y muestran inquietud.

Perras en gestación y parto

El primer cachorro puede ser expulsado rápida y fácilmente, o por el contrario luego de varias horas de contracciones. Si se notan esfuerzos expulsatorios improductivos durante más de seis horas, debe comunicarse con el profesional.

Las perras paren casi siempre acostadas, con la parte posterior de costado. A veces, y en especial el primer cachorro, en posición de defecar.

Los cachorros salen envueltos en membranas opalescentes, llenas de líquido. El cordón umbilical, delgado como un tanque de birome, une al cachorro con la placenta que se encuentra aún en el útero. Pueden presentarse de cabeza o de cola (menos de la cuarta parte de ésta forma). Debe tomarse con toda la mano, pudiendo ayudarse con toallas de papel, y traccionar hasta liberarlo.

Perras en gestación y parto
Figura 1

El instinto lleva a la perra a rasgar las envolturas del recién nacido, cortar el cordón umbilical y lamerlo repetidamente, estimulando la respiración, circulación y movimiento. Si si ésta no actúa, el propietario debe reemplazarla, rompiendo la bolsa en cualquier sitio. Luego se corta el cordón, siendo un buen método presionar con la uña del pulgar contra el dedo índice, magullándolo. Con la otra mano se tira del resto del cordón umbilical hasta que se corte (Figura 1). De esta forma casi no sangra.

Luego sacudir al cachorro cabeza abajo, o realizar el movimiento de martillo o hacha para que elimine las secreciones de boca y nariz (Figura 2).

Perras en gestación y parto
Figura 2

Se frota y presiona con telas limpias, toallas o mejor servilletas de papel, secándolo y estimulando la respiración

Si llora y se mueve vivamente, dejarlo con la madre. En caso contrario insistir con el masaje vigoroso.

Si no respira puede efectuarse respiración boca a boca, muy suavemente, presionando el tórax luego de cada insuflación.

Los cachorros normales tratan de mamar de inmediato, aunque en general de forma ineficaz durante varias horas, lloriqueando casi continuamente.

El intervalo de parto entre un cachorro y otro, varía de diez minutos a varias horas. Esperar solamente dos horas si hace esfuerzos expulsatorios y hasta seis horas si está tranquila, atendiendo a los ya nacidos. Superados estos plazos, comunicarse con el veterinario.

Cada cachorro tiene su placenta individual, que lo rodea como un salvavidas. Al nacer queda retenida dentro del útero, unida al cachorro por el cordón umbilical. Varios minutos luego de parir cada cachorro, las va eliminando y comiendo. La placenta tiene color carne. Del punto que se desprende la placenta del útero se produce una pequeña hemorragia, que se ve en el exterior como una pérdida sanguinolenta o de color verde intenso. Esto es absolutamente normal, excepto que se observe previo al nacimiento del primer cachorro.

Cuidados pos-parto

El profesional controlará que no haya retenido algún cachorro o placenta, que no haya lesiones en el canal de parto, el estado general de la perra y la presencia de calostro en las mamas, una vez finalizado el parto.

Perras en gestación y parto

Cada cachorro se inspecciona para determinar malformaciones, en especial el paladar, que su ano esté comunicado al exterior, la presencia de dedos supernumerarios, hernias, presencia de secreciones, sonidos respiratorios y vitalidad.

En algunas raza se corta la cola y los pulgares de las manos, además de los dedos suplementarios o garras que pudiera haber, 3 a 7 días después. Abren los ojos a los 9 – 10 días. Si no lo hacen pueden infectarse.

Es fundamental mantener calefaccionado el ambiente a 30 – 32°C la primera semana, y a 25 – 28°C la siguiente. El enfriamiento es la principal causa de muerte. En caso de producirse alguna, conservar al animal en la heladera, no congelado, para su posterior estudio.

No amamantar artificialmente a los cachorros, excepto indicación médica. Los problemas superan a las ventajas.

Pueden controlarse que los menos vigorosos tengan acceso a las mamas posteriores, que producen más cantidad de leche.

La alimentación de la perra durante la lactancia puede llegar a triplicar la dieta habitual. Dividida en 3 o 4 porciones diarias, y suministrarla a voluntad. Los requerimientos de calcio y vitaminas también se multiplican. El agua debe estar al alcance próximo a la paridera.

Los flujos vaginales sanguinolentos persisten 20 a 30 días. Si el color se modifica y parece pus, debe ser revisada. Proceder de igual forma si pierde el apetito o la normal relación con el medio.

Si bien puede haber gente presente durante el parto y días siguientes, evitar el movimiento excesivo, gritos, presencia de extraños u otros animales que pudieran incomodar. La perra puede demorar horas su parto, si se siente disconforme. Prever, especialmente cuando concluyó el parto, que aún animales muy dóciles pueden mostrarse irritables y aún agresivos.

 

FUENTE : http://www.bernades.com.ar/docgral_05.shtml